domingo, 6 de marzo de 2016

Solo un proyecto: ¿Cómo amar?

¿Qué le pasa a tu ojo si no duerme? Youtube
No he despertado hoy. Sigo soñando 
con las puertas abiertas.
Mi roto caparazón, cerebro, se ha anegado
como una barca hinchable desinflada
en las aguas ambiguas de un mar familiar 
y mortal, la sangre helada con lo visto 
o lo no visto: el viaje fatal, 
los memorables olvidos de gente importante,
los agentes paralizados por el virus de la inconsciencia,
los visionarios muertos que me dieron 
un número,
para que llamara: 6000001. 
Caparazón. Tabasco. Flickr
Seis millones y un prófugos con nombres y apellidos
y objetos de valor, como un peluche rosa.
Un nombre para invocar el día en que llegaran
a esta casa o a muchas otras que vi abiertas.
Lo están. De par en par, de tres a cuatro
camas disponibles, con nombres y apellidos 
y objetos de valor, como una ducha cálida.
Pero no, señoras y señores 
letrados, porque están leyendo: 
de eso no hay duda. 
No llegan.
Hearts. Pixabay
No he despertado hoy. Sueño 
en esta casa donde habría dormido, ayer,
una familia de refugiados.
Ayúdame a entender por qué, 
en vez de hogar, se ha organizado 
una pista de juegos allá afuera: 
un ajedrez viviente con la muerte.
Taby kyrka. Death Playing Chess. Wikimedia
Si lo entiendo, quizá pueda jugar, como vosotras:
bomberas, cooperantes y parteras,
periodistas, maestras prófugas, amantes,
a deshacer trampas, llenar baches, cortar cuerdas,
recoger náufragos, quemar la etapa próxima,
interpelar la fría sonrisa del olvido 
con un coro de voces que nos cuentan 
verdades venideras de otra orilla. 
Sala de cuentacuentos. Wikimedia
He despertado hoy, temblando, húmedo, 
bajo un vendaval de excusas y una sucia 
tormenta de prejuicios. Me he vestido 
con un gesto seco.  
He ido a la escuela donde aprenden
a preguntar qué pasa 
al otro lado del mar
y en esta casa flotante sobre el magma.
He deshecho, he llenado, he cortado,
he escuchado, interpelado, impreso
una imagen del volcán que mana
razones para vivir sin miedo.
Mount St Helens. Wikimedia
Déjame que te cuente, oh sociedad
de socios atrapados en sus cuentas,
lo que he aprendido. Es solo 
un proyecto: 
¿Cómo amar?
Ken Robinson.- TED.com